“Dado que las lesiones deportivas se asocian a la afectación mayoritaria del aparato locomotor, la integridad y el equilibrio mecánico de éste suponen una de las fuentes primarias a la hora de facilitar su aparición. Las desalineaciones articulares y los desequilibrios artro-musculares son germen frecuente de aparición de problemas por lo que una de las bases de cualquier programa preventivo debería incluir una valoración postural y artromuscular completa y exhaustiva” (Casáis, 2008).
El equilibrio postural y artro-muscular es una necesidad para el movimiento funcional. La valoración postural y artro-muscular es una herramienta imprescindible para la identificación de debilidades y desequilibrios que serán factores de riesgo de lesión y limitantes del rendimiento. Es básico para una prescripción competente de ejercicio.
La pregunta es: ¿Qué motiva estos desequilibrios, encontrados no sólo en personas sedentarias sino también en deportistas?
Probablemente el estilo de vida actual, excesivamente urbanizado, industrializado e hiper-tecnificado, provoca una falta de actividad física cotidiana natural, malas posturas y la intensificación de determinados movimientos y posiciones en detrimento de otros muchos. Y el mayor problema es que se produce desde la infancia.
La cantidad de horas en posiciones sentadas en casa, en el colegio o en el trabajo, los entretenimientos pasivos, la falta de horas de juegos motores, la especialización deportiva temprana, etc... pueden contribuir al problema. Las tensiones y/o acortamientos musculares y las inhibiciones estarán servidas con las malas posiciones posturales continuadas. Y la sedestación es ya, por sí misma, una mala posición postural.
En deportistas también sucede, y mucho. Pero practicar un deporte (dependiendo qué deporte) no significa explotar todas las necesidades de movimiento que tiene el cuerpo humano.
Vamos a formular una teoría:
La práctica variada de multitud de movimientos y de actividades físicas en diferentes situaciones favorece el desarrollo físico armónico y el equilibrio artro-muscular.
La especialización deportiva temprana ¿una posible causa de desequilibrio artro-muscular entre deportistas?
La pregunta es: ¿Qué motiva estos desequilibrios, encontrados no sólo en personas sedentarias sino también en deportistas?
Probablemente el estilo de vida actual, excesivamente urbanizado, industrializado e hiper-tecnificado, provoca una falta de actividad física cotidiana natural, malas posturas y la intensificación de determinados movimientos y posiciones en detrimento de otros muchos. Y el mayor problema es que se produce desde la infancia.
La cantidad de horas en posiciones sentadas en casa, en el colegio o en el trabajo, los entretenimientos pasivos, la falta de horas de juegos motores, la especialización deportiva temprana, etc... pueden contribuir al problema. Las tensiones y/o acortamientos musculares y las inhibiciones estarán servidas con las malas posiciones posturales continuadas. Y la sedestación es ya, por sí misma, una mala posición postural.
En deportistas también sucede, y mucho. Pero practicar un deporte (dependiendo qué deporte) no significa explotar todas las necesidades de movimiento que tiene el cuerpo humano.
Vamos a formular una teoría:
La práctica variada de multitud de movimientos y de actividades físicas en diferentes situaciones favorece el desarrollo físico armónico y el equilibrio artro-muscular.
La especialización deportiva temprana ¿una posible causa de desequilibrio artro-muscular entre deportistas?
Una hipótesis teóricamente aceptada es que la especialización de movimientos que se producen en algunos deportes puede favorecer la sobreutilización de diferentes grupos musculares en relación con sus antagonistas y crear desequilibrios que afectan a la estabilidad articular.
Las escuelas deportivas erróneamente inician la especialización de manera cada vez más temprana. Se crean así deportistas con gran habilidad motriz específica pero quizás sacrificando el desarrollo de habilidades motoras generales. Bompa (2005), hace más de 20 años, clarificó la planificación a largo plazo del desarrollo deportivo y las etapas del mismo (Fig. 2).
Figura 2: Las etapas del desarrollo físico-deportivo
Bompa, 2005
Esta especialización temprana puede llegar a ser problemática porque los desequilibrios artro-musculares se producen a la vez que el desarrollo físico de los jugadores. Dicho de otra manera, los deportistas se desarrollan sobre el desequilibrio muscular que provocan la presencia de determinados movimientos repetitivos y la ausencia de movimientos variados. Este desequilibrio, si persiste durante el desarrollo psicomotor, posiblemente provocará que a largo plazo esté más afianzado y su reeducación sea más complicada. Los patrones motores se conformarán desde el desequilibrio.
‘‘La especialización en un solo deporte en atletas jóvenes limita los beneficios de una actividad variada y evita que se enfrenten a nuevas y diversas demandas físicas, fisiológicas y psicológicas tanto en entrenamiento como en competición’’ (The American Academy of Pediatrics, 2000)
"Los patrones de sobrecarga artro-muscular estarán más presentes si las actividades no son variadas y aumentarán el riesgo de lesiones por sobreuso" (Johnson, 2008).
La alteración de los patrones motores y los patrones de reclutamiento muscular
Los patrones y los programas o esquemas motores fueron descritos por Schmidt hace más de 30 años. El control motor de las articulaciones por parte de los músculos mediante la activación del sistema nervioso, estará en función del patrón de activación instaurado, y una dominancia de unos músculos sobre los otros, alterará los patrones de reclutamiento y en consecuencia los patrones motores. Los patrones generales del movimiento se establecen en la infancia y continuarán modificándose y afianzándose a medida que el cuerpo se desarrolla y progresa la capacidad de coordinar movimientos.
Los patrones y los programas o esquemas motores fueron descritos por Schmidt hace más de 30 años. El control motor de las articulaciones por parte de los músculos mediante la activación del sistema nervioso, estará en función del patrón de activación instaurado, y una dominancia de unos músculos sobre los otros, alterará los patrones de reclutamiento y en consecuencia los patrones motores. Los patrones generales del movimiento se establecen en la infancia y continuarán modificándose y afianzándose a medida que el cuerpo se desarrolla y progresa la capacidad de coordinar movimientos.
Con la práctica física variada y multifactorial se crean múltiples patrones de movimiento en la corteza cerebral que con la práctica repetida se automatizan en centros nerviosos inferiores. Estos conceptos de imágenes, patrones y aprendizajes motores será más importante cuanto mayores y variadas sean las experiencias motrices, cuanto más globales y naturales sean los movimientos, y cuanto más se aprovechen al máximo las posibilidades funcionales del sistema locomotor (en referencia a utilizar todos los planos del movimiento y los rangos de amplitud de las articulaciones).
Este concepto será básico en readaptación para una reeducación física competente que actúe sobre el sistema nervioso y en consecuencia sobre los patrones de movimiento y de reclutamiento muscular. Hay que entrenar al homúnculo antes que entrenar al hombre.
Este concepto será básico en readaptación para una reeducación física competente que actúe sobre el sistema nervioso y en consecuencia sobre los patrones de movimiento y de reclutamiento muscular. Hay que entrenar al homúnculo antes que entrenar al hombre.
El desequilibrio artro-muscular alterará el control motor y los patrones generales de movimientos y viceversa (Fig. 3). En consecuencia, se realimentará el desequilibrio al aumentar de manera automática el protagonismo o activación de unos músculos sobre los otros, alterando los correctos patrones de reclutamiento muscular (Page, Frank, & Lardner, 2010).
Figura 3. El continuum del desequilibrio artro-muscular (Page, Frank, & Lardner, 2010)
Todo ello estará fomentado por los repetidos movimientos que continuamente se ofrecen al cuerpo, y más importante aún, los múltiples movimientos que no se ofrecen. Los patrones motores generales (flexión, extensión, rotación, squatting, empuje, tracción, marcha, carrera…) pueden verse perjudicados y por lo tanto los patrones motores específicos, que se automatizan a partir de los anteriores, no tendrán una base correcta para desarrollarse en todo su potencial, perjudicando el rendimiento y aumentando el riesgo de lesión.
La valoración postural y artro-muscular para la identificación de los desequilibrios y asegurarse un movimiento funcional/natural. El entrenamiento funcional.
La valoración funcional de las distintas articulaciones del cuerpo provee información indispensable para conocer el equilibrio y estabilidad de las mismas y actuar en consecuencia a la hora de prescribir ejercicios para mantener o recuperar el equilibrio artro-muscular y garantizar un movimiento funcional óptimo.
El trabajo funcional como base del trabajo condicional y éste como base sobre el trabajo de las habilidades conforma lo que Cook (2003, 2010) denomina la pirámide del rendimiento óptimo (Fig. 4).
Figura 4: La pirámide de rendimiento óptimo
Imagen: Gray Cook
Imagen: Gray Cook
Obviar la consecución funcional del movimiento dentro de un plan de preparación física, y más dentro de un plan de desarrollo físico y motor de jóvenes deportistas será un error que tendrá sus consecuencias en el desequilibrio artro-muscular, la disminución del rendimiento y el aumento importante del riesgo de lesión.
Hay que identificar los desequilibrios principales de las articulaciones motivados por la práctica continuada y especializada de los jóvenes deportistas. Una vez conocidos los desequilibrios, y ante una falta de actividad física y deportiva multifactorial, se podrá prescribir un programa de ejercicios funcionales, preventivos o correctivos, para intentar compensar los efectos negativos de los desequilibrios sobre la práctica del fútbol
En próximas entradas entraremos en profundidad en qué, cómo, por qué y para qué valorar, siguiendo los criterios, las pruebas y test, y las recomendaciones de los grandes expertos en la materia como:
- Kendall, y sus pruebas y valoraciones posturales y musculares
- Sahrmann y la identificación de los patrones de movimiento alterados,
- Cook y su método de valoración funcional,
- McGill y sus aportaciones en la estabilidad lumbo-pélvica
- los investigadores del control motor lumbo-pélvico de la universidad de Queenland encabezados por Hodges, Hides y Richardson
- Page, Frank y Lardner y su identificación de los desequilibrios musculares
- Liebenson y la valoración de la funcionalidad vertebral
- ...
Del mismo modo ofreceremos una serie de ejercicios preventivo/correctivos para intentar eliminar los desequilibrios y las alteraciones del movimiento funcional.
Referencias:
Bompa, T. (2005). Entrenamiento para jóvenes deportistas. Barcelona: Hispano Europea.
Casáis, L. (2008). Revisión de las estrategias para la prevención de lesiones en el deporte desde la actividad física. Apunts. Medicina del´Esport. 157, 30-40.
Cook, G. (2003). Athletic Body in Balance. Champaign, Il.: Human Kinetics.
Cook, G. (2010). Movement. Functional Movement Systems. California: On Target Publications.
Johnson, J. H. (2008). Overuse Injuries in Young Athletes: Cause and Prevention. Strength and Conditioning Journal. 30(2), 27-31.
Casáis, L. (2008). Revisión de las estrategias para la prevención de lesiones en el deporte desde la actividad física. Apunts. Medicina del´Esport. 157, 30-40.
Cook, G. (2003). Athletic Body in Balance. Champaign, Il.: Human Kinetics.
Cook, G. (2010). Movement. Functional Movement Systems. California: On Target Publications.
Johnson, J. H. (2008). Overuse Injuries in Young Athletes: Cause and Prevention. Strength and Conditioning Journal. 30(2), 27-31.
Page, P., Frank, C. C., & Lardner, R. (2010). Assessment and Treatment of Muscle Imbalance. Champaign, IL: Human Kinetics.
The American Academy of Pediatrics. Committee on Sports Medicine and Fitness. (2000). Intensive training and sports specialization in young athletes. Pediatrics. 106(1), 154–157.
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