jueves, 21 de noviembre de 2013

La prevención y tratamiento de las lesiones desde el equilibrio postural y artro-muscular. Ejemplificación sobre el dolor lumbar en futbolistas jóvenes. Extrapolable a otros deportes.

Prevenir o tratar las causas antes que los efectos. 
Los desequilibrios posturales y artro-musculares (causa) trastocarán la movilidad funcional de las articulaciones, generando estrés repetido en diferentes estructuras, pudiendo producir determinadas lesiones (efecto).
Un desequilibrio postural o muscular afecta al óptimo movimiento de una articulación y/o de articulaciones anexas. Esta alteración del movimiento puede someter a las articulaciones a pérdidas de movilidad y/o estabilidad y/o hipermovilidades compensatorias en otras articulaciones. O dentro de una misma articulación, perder movilidad en un plano, adaptando el movimiento hacia otros planos.
Las articulaciones corporales están encadenadas en serie por lo que una restricción de movilidad en una, puede suponer una indeseada hipermovilidad en otra.
Dentro de un patrón motor en el que intervengan varias articulaciones; si en un determinado plano del movimiento existe restricción o rigidez en una articulación, el movimiento se focalizará en otra articulación que no oponga, u oponga menos restricción. Esta compensación o adaptación generará una hipermovilidad que es potencialmente lesiva.
Identificar factores de riesgo mediante las valoraciones es la mejor herramienta para una correcta prescripción individualizada o colectiva de ejercicios preventivo/correctivos que disminuyan el riesgo potencial de lesión.
Uno de los factores de riesgo más significativo en un determinado número de lesiones como por ejemplo en las lesiones musculares de aductores e isquiotibiales, son los episodios previos de lesión. Esto quiere decir que hay jugadores que se lesionan repetidamente por lo que debe haber una causa que los diferencie de los que se lesionan significativamente menos. Esta causa es muy posible que sea un desequilibrio postural o artro-muscular con un patrón motor inadecuado que desencadene el mecanismo lesional. La obligación de un buen responsable de prevención es la realización de una valoración exhaustiva para identificar las potenciales causas de lesión.
Vamos a ejemplificar una serie de estos desequilibrios posturales basándonos en cuatro años de valoraciones en las categorías de base del RC Deportivo de La Coruña (Deportivo B; Juvenil División de Honor, Juvenil Liga Nacional y Cadete División de Honor). Las valoraciones son efectuadas por el Departamento de Fuerza y Equilibrio Muscular y comparadas con el registro de lesiones realizado por el Departamento de Readaptación Física a cargo de Fernando Rodríguez. La metodología de valoración, por la limitación de tiempo efectivo y el gran número de jugadores, se realiza mediante más de 30 fotografías y pruebas en camilla para su posterior análisis. Este método de valoración tan sólo supone unos 12-15 minutos in-situ por jugador, El tiempo de dedicación posterior no depende de la presencia del jugador y puede analizarse con más calma. Los casos más relevantes tras el análisis de los datos se valoran más específica e individualmente in-situ con mayor profundidad.
Un movimiento funcional se caracteriza en general por una buena movilidad de las caderas y una buena estabilidad lumbo-pélvica. Veremos cómo en el fútbol, la rigidez de caderas y la IN-estabilidad lumbo-pélvica están a la orden del día entre los patrones de movimiento de los futbolistas. Serán dos aspectos a corregir claves para la prevención y el tratamiento de un buen número de lesiones. Ejemplificaremos en ésta y en sucesivas entradas, las siguientes lesiones bien conocidas en el fútbol:
  1. Patologías lumbares
  2. Patologías inguinales de aductores y pubis
  3. Patologías de isquiotibiales
  4. Patologías de rodilla
  5. Patologías de hombro en porteros
1. PATOLOGÍA LUMBAR
La columna lumbar es una estructura que precisa de una importante estabilización cuando se movilizan los miembros inferiores y/o superiores en los gestos deportivos. La necesidad de estabilización cobra mayor importancia cuando los gestos son rápidos, fuertes o explosivos, cuando precisan de gran movilidad o cuando son cíclicos y repetitivos; y en el deporte abundan todos estos tipos de movimientos.
El dolor lumbar idiopático está altamente presente en la práctica del fútbol. Vamos a intentar explicarlo desde el punto de vista del equilibrio postural y artro-muscular.
Anderson, Strickland & Warren. (2001) postularon que el incremento en el uso de programas de entrenamiento con un desarrollo desequilibrado de la fuerza pueden promover alteraciones biomecánicas en la musculatura de caderas y pelvis. Un desarrollo de la musculatura de las piernas sin un desarrollo proporcional de la musculatura lumbo-pélvica llevará junto a la falta de movilidad de las caderas a un escenario poco deseable en la prevención de lesiones.

1.a. Patrón de extensión

Flexores de cadera cortos y anteversión de pelvis
La inmensa mayoría de los futbolistas presenta unos flexores largos de cadera cortos y/o rígidos lo que dificultará la extensión de cadera (Fig. 2; Van Dillen et al., 2000).

Figura 2: Diferentes pruebas que muestran el acortamiento de los flexores de cadera, En la fila superior, extensión de cadera con rodilla a 90º para mantener alargado el recto anterior femoral. Si el muslo no alcanza la horizontal o se produce un movimiento compensatorio de extensión lumbar el patrón de extensión estará trastocado. En la fila media, una prueba de competencia de la extensibilidad de los flexores lumbo-pélvicos. Si la cadera no extiende o se produce compensación lumbar, los flexores de cadera estarán acortados/rígidos. Hay jugadores que ni siquiera son competentes. En la fila inferior, el test de Thomas modificado en donde se aprecia la poca flexión de rodilla, significando un acortamiento/rigidez del recto anterior femoral (Cook, 2010; Janda, 2003; Kendall, McCreary & Provance, 2000; Kolber & Fiebert, 2005; Page, Frank, & Lardner, 2010; Sahrmann, 2006)


Esta rigidez/acortamiento de los flexores provoca habitualmente la anteversión de la pelvis (Fig. 3; Schache, Blanch & Murphy, 2000), predisponiendo a la columna lumbar a una hiperlordosis postural en bipedestación. El Tensor de la Fascia Lata (TFL), el Recto Anterior Femoral (RAF) y el Sartorio son los músculos mejor posicionados para provocar la anteversión pélvica por los grandes momentos de fuerza que aplican gracias a sus inserciones en la espinas ilíacas anteriores de la pelvis.


Figura 3: Anteversión de pelvis de un futbolista en edad juvenil

Es fundamental valorar específicamente la báscula pélvica sagital y las consecuencias que pueda tener sobre la postura corporal en bipedestación. La valoración postural con plomada parece estar algo olvidada en la preparación/readaptación física, pero prescindir de tal información es un grave error. La información que aporta al equilibrio artro-muscular es imprescindible (Kendall, McCreary & Provance, 2000; Kritz & Cronin, 2008; Page, Frank, & Lardner, 2010; Sahrmann, 2006; Vasilyeva & Lewit, 2003).


Dominio de los flexores de cadera sobre la musculatura abdominal
La rigidez de la musculatura flexora de cadera puede inhibir al antagonista de la anteversión, la musculatura abdominal. En el test de estabilidad lumbo-pélvica para valorar la capacidad de los abdominales de estabilizar la columna lumbar y la anteversión ante la potente acción de los flexores de cadera podremos observar la respuesta abdominal (León, Calvo & Fernández, 2010; Fig. 4).

Figura 4: Test de estabilidad lumbar contra los flexores de cadera. León, Calvo & Fernández (2010)
En este test, y partiendo desde la posición A se extienden muy lentamente las extremidades inferiores hasta que se sitúan aproximadamente a 10 cm del suelo, de manera que la zona lumbar este siempre pegada al suelo y la parte inferior del abdomen se aplane y no se abombe (fig. 4, A1).
A medida que las piernas descienden, la cada vez más acusada tracción de los flexores de cadera tiende a provocar una anteversión pélvica. Si la parte inferior del abdomen se eleva o abomba (abdomen prominente) indicará la prevalencia de la musculatura abdominal externa o superficial sobre la interna o profunda (fig. 4, A2). Si la zona lumbar no se quedase pegada al suelo nos informará de la existencia de cierta incapacidad muscular abdominal para mantener fija la pelvis y evitar la anteversión pélvica (fig. 4, A3).
Entre nuestros jugadores encontramos una enorme dificultad para cumplir con este test, tanto en evitar el arqueamiento lumbar como el abombamiento abdominal, lo que nos sugiere una necesidad de dedicación mayor al trabajo de estabilidad lumbo-pélvica. Los potentísimos flexores de cadera dominan a los abdominales y en especial al oblicuo externo. El patrón motor de la retroversión pélvica está claramente "inhibido" en la mayoría de los jugadores con flexores de cadera acortados. 
Con la simple observación del perfil abdominal de determinados jugadores en edad juvenil (Fig. 5) observamos cómo no parecen mostrar una buena aptitud en este grupo muscular.


Figura 5: Perfil abdominal en posición de bipedestación

Dominio de los flexores de cadera sobre los erectores lumbares en la anteversión pélvica
En el par de fuerzas que actúan sobre la pelvis para producir la anteversión (Fig. 6) y que deberían repartirse el trabajo, si un grupo muscular (flexores de cadera) predomina sobre el otro (extensores lumbares), estos últimos se inhibirán de la acción protagonizada por los primeros. El resultado será una menor activación y una pérdida de fuerza por inhibición.

Figura 6: Par de fuerzas (superior e inferior) que provoca anteversión de pelvis. Neumann (2012)

La falta de fuerza y resistencia muscular en los extensores vertebrales, y/o una debilidad de los extensores en relación con los flexores, también predispone para sufrir lesiones lumbares (Kankaanpaa et al., 1998; Lee et al., 1999). 
Un descenso en la respuesta refleja de los extensores vertebrales a la hora de reaccionar a los movimientos, comparada con los flexores también puede predisponer a una lesión (Cholewicki et al., 2005). Con todo ello, las evidencias actuales sugieren que la fuerza y resistencia de los extensores vertebrales disminuyen la probabilidad de desarrollar lesión lumbar.

Inhibición del glúteo mayor por el dominio de los flexores de cadera
La rigidez/acortamiento de los flexores de cadera provocará la inhibición y el consiguiente debilitamiento de su antagonista, el glúteo mayor. Janda lo denominó “amnesia muscular por inhibición recíproca”. La "amnesia" glútea es una causa bien reconocida de dolor lumbar (Page, Frank & Ladner, 2010).
Déficits de fuerza y resistencia en los extensores de cadera (glúteo mayor) y abductores (glúteo medio) se han mostrado en individuos con inestabilidad de los miembros inferiores o dolor lumbar (Kankaanpaa et al., 1998; Leinonen et al., 2000; Nadler et al., 2002).

Patrón de reclutamiento entre los extensores de cadera
Otro aspecto que influye es el desequilibrio en el patrón de reclutamiento muscular de la extensión de cadera con dominancia en el timing de reclutamiento de los isquiotibiales sobre los glúteos. Janda lo denominó la “dominancia sinergista” sobre el agonista principal. Puede ser otra causa de la amnesia glútea o un efecto de la misma. ¿Es antes el huevo o la gallina?
Entre 22 jugadores (44 piernas) del Juvenil de División de Honor 13-14 del RC Deportivo de La Coruña, 13 piernas presentaban dominancia en el timing de isquios sobre glúteo mayor, 26 presentan una activación simultánea y tan sólo 5 presentaban dominancia de glúteo.
Lo que está claro es que los glúteos en estos escenarios son perdedores y por consiguiente también la columna lumbar.


1.b. Patrón de flexión
Sahrmann (2006) explica muy bien el patrón de flexión de cadera en bipedestación dentro del análisis de las alteraciones del movimiento. Si una cadera no flexiona bien ya sea por falta de movilidad articular o por rigidez de los extensores (normalmente por rigidez de los isquiotibiales; Fig 7), el movimiento se compensará con un exceso de flexión lumbar (McGill, 2007). 

Rigidez de isquiotibiales
La rigidez de los isquiotibiales no permitirá una flexión buena de cadera y para completar el movimiento funcional, se producirá flexión lumbar si los extensores lumbares presentan una rigidez relativamente menor que los isquiotibiales (muy común en los jugadores valorados; Fig. 12 y 13). El movimiento que involucre a dos articulaciones en serie se producirá en la articulación que menor rigidez o resistencia presente (Sahrmann, 2010).


Figura 7: Medición de la extensibilidad pasiva de los isquiotibiales con el test lift-and-raise (Byrd, 2007; Shimon et al., 2010). El examinador moviliza hasta la posición de resistencia muscular. Este test asegura el mantenimiento de la estabilidad pélvica durante su realización, y se efectúa colocando el muslo vertical extendiendo la rodilla hasta el límite. Una extensibilidad óptima en los hombres, corresponde a 10º de la tibia con la vertical. Hasta 20º se considera normal y más de 20º se considera acortamiento/rigidez. Estos 6 jugadores son ejemplificaciones de grandes limitaciones de una plantilla de 20 jugadores en los que aproximadamente un 75% muestra acortamiento.


Exceso de flexión lumbar compensatoria
Si observamos al mismo jugador de la figura 3, con una anteversión postural en bipedestación importante, podremos intuir que sus erectores lumbares estarán cortos  y rígidos. Pues la realidad es que no. La anteversión es culpa casi exclusivamente de sus flexores de cadera (y esto es un patrón muy común entre todos los jugadores). ¿Por qué? Cuando le sometemos al test de anteroflexión de cadera en bipedestación (con instrucción específica de mantener la estabilidad lumbar) el jugador no moviliza convenientemente las caderas y no mantiene correctamente la estabilidad lumbar; flexiona la columna lumbar hasta el punto de invertir su curvatura (Fig. 8). La anteversión de pelvis que muestra en bipedestación se "derrumba" o "se pierde" en el momento que con la anteroflexión de cadera se relajan los flexores de cadera y se solicita la extensibilidad de los isquiotibiales. En ese momento la columna lumbar enseña su verdadera cara en la flexión de cadera; se flexiona perdiendo su estabilidad. Mantener las curvaturas vertebrales (ligera lordosis lumbar y cifosis dorsal) durante este ejercicio es síntoma de estabilidad lumbar. La flexión lumbar máxima debe detenerse en el aplanamiento de la curvatura (Kendall, McCreary & Provance, 2000; McGill, 2007; McGill & Karpowicz, 2009).
Este jugador presenta una inestabilidad lumbar con la flexión y la extensión de cadera; un patrón lesivo.


Figura 8: Patrón de anteroflexión de caderas en bipedestación

Dominio de los isquiotibiales sobre los abdominales en el control de la anteversión
Unos isquiotibiales sobreactivos y dominantes sobre los glúteos, dominarán el movimiento de retroversión y más concretamente de control de la anteversión. La musculatura abdominal y predominantemente el oblicuo externo, son el otro par de fuerzas responsable de este movimiento (Fig. 9). El exceso de actividad de los isquiotibiales puede provocar la inhibición de esta acción de control en la musculatura abdominal, lo que resulta altamente indeseable para la estabilidad lumbo-pélvica (Sahrmann, 2006).


Figura 9: Par de fuerzas (superior e inferior) que provocan la retroversión pélvica. Neumann (2012)

Limitación a la flexión dorsal del tobillo
Como hemos visto en una entrada anterior, la limitación a la flexión dorsal del tobillo impedirá un desplazamiento correcto hacia delante del centro de gravedad en las acciones que provoquen flexo-extensión del miembro inferior. Esto provocará un aumento de la inclinación del tronco hacia delante y el consiguiente aumento de la flexión lumbar

Compensación lumbar en el plano frontal a la limitación de flexión de cadera
Una limitación a la flexión de cadera provocará compensaciones a nivel lumbar, normalmente con flexión lumbar; pero en acción monopodal, la compensación puede realizarse en otros planos. En la figura 10 observamos el patrón de flexión de ambas caderas en un jugador que presenta en camilla, 95º de flexión en la cadera derecha por 110º de la cadera izquierda. La limitación de movilidad de su cadera derecha provoca un patrón motor erróneo con inestabilidad lumbar. De nuevo, rigidez de cadera e inestabilidad lumbar = riesgo de lesión lumbar incrementado.


Figura 10: Hurdle Step test (Cook, 2010)


Es común encontrar en jugadores con dolor lumbar un claro desequilibrio de estabilidad y de movilidad en todos los planos entre las dos caderas, lo que provocará una asimetría en la movilidad lumbar.
Me gustaría mostrar fotografías de deportistas de élite con una buena estabilidad lumbar en flexiones amplias de cadera tanto en bipedestación como en acción monopodal (Fig. 11).


Figura 11: Flexiones de cadera con estabilidad lumbar

Y compararlas con jugadores en formación con desequilibrios artro-musculares del patrón de flexión (Fig. 12) o de la anteroflexión de cadera en bipedestación (Fig. 13).


Figura 12: Ejemplificación de flexión lumbar con flexión de cadera

Figura 13: Patrones erróneos de anteroflexión de cadera en bipedestación. Los jugadores son requeridos a flexionar sus caderas manteniendo en lo posible la estabilidad lumbar (es decir, mantener una ligera lordosis lumbar y cifosis dorsal). Los  jugadores a y b no son capaces de mantener la estabilidad lumbar y lo compensan con extensión dorsal. Los jugadores c y d no son capaces de mantener la estabilidad lumbar, presentando una espalda en C. La poca extensibilidad de los isquiotibiales tendrán gran parte de culpa en este patrón incorrecto

Columna lumbar en flexión postural
Además de un buen número de pelvis en anteversión también es un patrón reconocible, aunque menos, las espaldas con columnas lumbares planas, en flexión postural (Fig. 14). El síndrome de flexión lumbar (Sahrmann, 2006) es una causa importante de dolor lumbar y veremos en una entrada posterior cómo es un importante riesgo de sufrir dolor anterior en la rodilla.


Figura 14: Ejemplo de espalda plana lumbar

Otras muestras de inestabilidad lumbar en flexión se muestran en la figura 15
Figura 15: Flexión lumbar indeseada en sit&reach (A) y en Over Head Squat Test (B)

Podemos resumir que, en el plano sagital, y sabiendo probado que en general ambos grupos musculares están acortados en los futbolistas, cuando los flexores de cadera son relativamente más cortos/rígidos que los isquiotibiales se producirá anteversión de pelvis y en el caso contrario, ligera retroversión con aplanamiento lumbar. Pero en ambos casos es muy probable que se produzca un síndrome de flexión lumbar con la flexión de cadera y un exceso de extensión lumbar con la extensión de cadera precisamente porque estos músculos son más rígidos que sus respectivos responsables de la estabilización lumbar, abdominales en el caso de los flexores de cadera y lumbares en el caso de los isquiotibiales. En un programa de reeducación o prevención está claro qué grupos musculares elongar y cuales hipertrofiar; dentro del patrón de movimiento correcto.

El psoas y la estabilidad lumbo-pélvica
Una anotación propia merece el músculo psoas, un músculo injustamente tratado como causante con su actividad de patologías lumbares. Hoy en día, las teorías han dado un giro de 180º y se considera al psoas como un músculo profundo con una altísima capacidad de estabilización en la columna lumbar y en la cadera (Gibbons, 2007, Hu, et al., 2011; Penning, 2000). En la figura 16 vemos un corte transversal de resonancia magnética de dos velocistas donde se aprecian los psoas como dos columnas musculares, anterolaterales a las vertebras lumbares que, por su posición deben proporcionan una enorme estabilidad a la columna lumbar.


Figura 16: Corte transversal de resonancia magnética del velocista top Asafa Powell y de Asahara, campeón japones de 100 m, Se aprecia la óptima posición del músculo para contribuir a la estabilidad lumbar. Los descomunales psoas de Powell al contraerse "no permitirán demasiada inestabilidad lumbar".

En nuestras valoraciones con futbolistas, adoptando el test de Thomas modificado, encontramos muchísimos acortamientos/rigideces de los flexores largos/superficiales de cadera y casi ninguna rigidez del psoas. Una posible explicación entre los futbolistas es que entre los músculos sinergistas de la flexión, el recto anterior femoral, el tensor de la fascia lata (TFL) y el sartorio acaparan protagonismo inhibiendo la acción del psoas. Otra posible explicación es que un buen número de jugadores tienen déficit de ROM de flexión cadera; muchos no sobrepasan los 90º. El psoas es el único músculo con palanca para flexionar la cadera por encima de 90º y si ese recorrido no existe, el psoas perderá protagonismo en la activación.
Prueben a sentar a sus futbolistas en una camilla, oblíguenles a mantener continuamente la estabilidad (lordosis) lumbar y pídanles que flexionen alternativamente las caderas (levantar la rodilla elevando el muslo de la camilla). Si consiguen mantener la flexión, manteniendo la estabilidad lumbar, el psoas trabajará convenientemente (Fig. 17). Si no son capaces de levantar la rodilla con estabilidad lumbar, el TFL se acalambra o sufren molestias inguinales, sospecharemos de una disfunción a la flexión con disminución del ROM funcional  y una posible inhibición del psoas.


Figura 17. Flexión de cadera en sedestación. Sahrmann (2006)

1.c. Patrón de rotación
Con las rotaciones de cadera ocurre lo mismo en el plano horizontal. Limitaciones en la rotación de cadera se han asociado a dolor lumbar (Ellison, Rose, & Sahrmann, 1990). Las limitaciones de cadera en rotación se compensarán con un incremento de rotación lumbar, movimiento escaso por naturaleza. La rotación lumbar presentará por tanto una hipermovilidad nada deseable. Dedicaremos una entrada posterior a la valoración de cadera en el futbolista. 

La valoración de la rotación de cadera
En esta entrada analizaremos los grados de movilidad (ROM) del Deportivo B en la valoración artro-muscular de septiembre-2012.
La rotación de cadera la hemos valorado con flexión de 0º y flexión de 90º (Fig. 18). La movilidad de cadera es variable entre las diferentes personas dependiendo de determinados factores. Podremos definir el estándar de ROM de rotación interna como 30-40º con la cadera en 90º de flexión (Fig. 18a) y 40º-45º sin flexión (Fig. 18b). Para la rotación externa 40-50º tanto con la cadera en flexión como sin flexión (Fig. 18c y d). 

Figura 18: Valoración de la rotación de caderas. a) rotación interna con 90º de flexión. b) rotación interna sin flexión. c) rotación externa con 90º de flexión y d) rotación externa sin flexión. (Byrd, 2007; Cook, 2010)

Establecemos el siguiente criterio para calificar las rotaciones de cadera con flexión de 90º (Para la cadera en posición neutra sumamos 5º más):
  • Limitación severa: <10º
  • Limitación importante: 10º-19º
  • Limitación ligera: 20º-29º
  • Sin limitación: >29º
De 25 jugadores en la plantilla 2012-13 del Deportivo B, 
  • 3 jugadores presentaban, en una o ambas caderas, alguna limitación de rotación interna severa, 
  • 18 alguna limitación importante, 
  • 3 alguna limitación ligera y 
  • tan sólo 1 no presentaba ningún tipo de limitación.
En cuanto a la rotación externa establecemos los siguientes criterios de calificación tanto con la cadera en flexión como sin ella;
  • Limitación severa: <20º
  • Limitación importante: 20º-29º
  • Limitación ligera: 29º-39º
  • Sin limitación: 39º-50º
  • Exceso de ROM: >50º
De 25 jugadores en la plantilla 2012-13 del Deportivo B, 
  • 9 jugadores presentaban, en una o ambas caderas, alguna limitación de rotación externa severa, 
  • 8 alguna limitación importante, 
  • 2 alguna limitación ligera y 
  • 6 no presentaba ningún tipo de limitación. Pero entre estos 6 (más otro que presentaba una limitación ligera en una cadera), 5 presentaban algún exceso de ROM en una o ambas caderas. El exceso de ROM a la rotación externa de caderas lo hemos detectado de manera bastante asidua en jugadores que padecen de patología inguinal.

1.d. Patrón de abducción de cadera e inclinación lumbar lateral
Hemos observado también en el patrón de abduccción de cadera en decúbito lateral, en un buen número de jugadores, un exceso de inclinación lumbar compensatoria, bien por debilidad de abductores o por rigidez de aductores. De nuevo nos encontramos con el indeseable patrón de rigidez de caderas e inestabilidad lumbar.
Una inestabilidad lateral de la pelvis en el apoyo monopodal por debilidad de abductores de cadera y cuadrado lumbar contralateral significará un desplome de la pelvis que obligará a la inclinación de la columna lumbar. Este síndrome fue descrito por Trendelenburg en 1897 (Hardcastle & Nade, 1985; Fig.19).


Figura 19: Trendelenburg Test

En nuestras valoraciones vamos un poco más allá y en el apoyo monopodal solicitamos la realización de un single leg squat (Crossley et al., 2011; Willson, Ireland, & Davis, 2006). Es sorprendente la poca capacidad de la mayoría de futbolistas valorados en completar el ejercicio de manera mínimamente satisfactoria. Pero hay determinados casos con un desplome lateral de la pelvis que provoca inestabilidad lumbar en el plano frontal (Fig. 20)

Figura 20: Single leg squat con desplome lateral de pelvis

1.e. Movilidad de la columna dorsal limitada
Otra causa que puede aumentar el riesgo de dolor/lesión lumbar es la rigidez de la columna dorsal, principalmente a la extensión y rotación. Nos hemos encontrado entre los jugadores con muchas rigideces torácicas a la extensión. Se puede identificar en muchos jugadores características del síndrome cruzado superior de Janda descrito en Page, Frank & Ladner, 2010 (Fig. 21), como aumento de cifosis dorsal, protracción de la cabeza o adelantamiento de los hombros. Este escenario limita la extensión y la rotación torácica.

Figura 21: Síndrome cruzado superior de Janda

En la figura 22 vemos otros ejemplos de jugadores que presentan una cifosis dorsal incrementada en su postura en bipedestación.


Figura 22: Columnas torácicas en cifosis incrementada

La postura cifótica dificultará la extensión torácica. Si el movimiento está limitado, la columna lumbar compensará la limitación focalizando todo movimiento de extensión vertebral. Una nueva causa de una indeseada hipermovilidad lumbar.
La falta de extensión dorsal también dificultará la rotación torácica. Con dificultad de rotación torácica, la columna lumbar, poco dotada para rotar deberá compensar indeseablemente. En la figura 23 observamos a dos jugadores, en la izquierda un jugador con hipercifosis y a la derecha otro jugador con una curvatura torácica más adecuada. Observamos en el jugador de la derecha, en amarillo, la diferencia con la curvatura vertebral del jugador de la izquierda. 
Con las caderas en flexión se dificulta la rotación lumbar y debe ser la columna torácica la que rote en el ejercicio (Johnson, K.D., Grindstaff, 2010). Las diferencias de rotación son casi de 20º unilateral, 40º bilateral. Observamos también la dificultad del jugador de la izquierda para mantener correctamente la flexión/abducción/rotación externa del hombro. La falta de movilidad de la cintura escápulo-humeral está asociada a la rigidez dorsal. Lo analizaremos más en profundidad cuando abordemos las lesiones de hombro en porteros.


Figura 23: Comparación de rotaciones dorsales entre dos jugadores (Johnson, K.D., Grindstaff, 2010)

En resumen, mantener una correcta movilidad de caderas en todos los planos, estabilidad lumbar y movilidad dorsal a la extensión y rotación, además de asegurarse los correctos patrones de movimiento y reclutamiento muscular deben ser los objetivos de una prevención lesional basada en el equilibrio postural y artro-muscular.

En la siguiente entrada analizaremos el efecto del equilibrio postural y artro-muscular en las lesiones inguinales, de aductores y pubis.


Referencias:


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9 comentarios:

  1. Si me estaba gustando tu blog, como fisioterapeuta deportiva, trabajando en fútbol base, coruñesa, y muy del depor... Tras leer esta publicación me acabas de cautivar ;)

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  2. Muchas gracias. Siempre gusta que se reconozca el trabajo

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  3. También te felicito yo por tu trabajo. Gracias.

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  4. Ya es hora de poder disfrutar leyendo y asimilando una buena información bien argumentada y excelentemente ilustrada.

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  5. Tengo un síndrome cruzado inferior y me identifico bastante con este post.

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  6. Tengo este problema y no consigo salir de la lesión.

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