viernes, 6 de diciembre de 2013

Ejemplificación en futbolistas jóvenes de prevención y tratamiento del dolor inguinal desde el equilibrio postural y artro-muscular. Parte I: La importancia de la estabilidad de la cadera

... continuación de la entrada anterior ... basado en las valoraciones efectuadas en las categorías inferiores del RC Deportivo de La Coruña (Deportivo B, Juvenil División de Honor, Juvenil Liga Nacional y Cadete División de Honor)



2. Patologías inguinales, de aductores y pubis
Las actividades deportivas que requieren desplazamientos laterales, cambios de dirección bruscos y/o giros repetidos sobre el eje longitudinal, incrementan el riesgo de sufrir lesiones en la zona inguinal de los deportistas. El fútbol cumple con creces todas estas características.
Se estima que en el fútbol sufren dolor inguinal cada año entre un 10-18% de los futbolistas y que cada 1000 horas de partido se producen casi tres lesiones musculares de ingle (Arnason et al., 2004). De 1 a 1,1 lesión por cada 1000 horas de práctica: partido+entrenamiento (Hagglund, Walden & Ekstrand. 2006; Werner et al., 2009). Engebretsen et al. (2010) mostró la prevalencia de la lesión en un 10% de jugadores con una incidencia de 1,6 lesiones por 1000 horas de partido y 0,6 por 1000 horas de práctica.
Resumiendo diferentes estudios epidemiológicos en el fútbol, las lesiones de ingle y cadera junto con lesiones de tobillo y de rodilla, y las lesiones musculares del muslo, comandadas por los isquiotibiales, son las regiones corporales más susceptibles de lesión (Arnason et al., 2004; Ekstrand, Hägglund, & Waldén, 2011; Ekstrand, Hägglund, & Waldén, 2012; Wong & Hong, 2005).
Gabbe et al. (2010) asociaron el dolor inguinal en futbolistas jóvenes como predictor de patología inguinal durante los años del jugador en la élite. Esto pone en relieve la importancia del trabajo preventivo en las categorías inferiores.